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"Educar... hermosa palabra que algunos utilizan para instruir al rebaño y que pocos utilizan para inspirar"


1/6/07

Señor, ten piedad de mí

Vacío nocturno de invierno en el torbellino del tránsito diario. Por mi culpa, por mi gran culpa Señor. Sobre mis costillas recae el pecado de retorcer las entrañas de mis sentidos cada segundo. Pido perdón Señor, es justo y necesario. Adán fue expulsado de tu gloria por una costilla, al igual que yo, la oveja apartada.

Señor, por qué me has abandonado. Dónde se esconde la ignorancia, la ingenuidad que podría indultarme del tifón indestructible, de estos engranajes espirituales que no se detienen frente a la inclemencia de tu clima. Dónde se encuentra esa simplicidad que protegió a tu primer hijo y a su costilla por tan poco tiempo. ¡Oh Señor¡ él y yo extraviamos esa inocencia, ambos perecimos por una costilla.

Arrancar sin piedad quiero mis costillas. En dónde se encuentra la inexperiencia Señor, sin pecado concebida. Oh, Dios misericordioso, ruego a ti el hacerme creer; funda fe en mis recónditos rincones, en éste incrédulo, debilitado por la brutal realidad de la incoherente presencia aquí. En tus manos encomiendo mi espíritu, pues ya fatigado estoy de esta consciencia infractora. Hazte cargo de mi sueño, mi letargo perpetuo, porque cansado estoy de la verdadera cruz. Amén.